
Más de 100 líderes cristianos de Uruguay, Argentina y El Salvador ya fueron capacitados en una innovadora metodología lúdica para la protección de niños, niñas y adolescentes.
Desde agosto de 2024, iglesias y organizaciones cristianas de cuatro países latinoamericanos se están formando en una metodología innovadora para enfrentar y prevenir la violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes. Bajo el nombre “Jugando nos fortalecemos para enfrentar situaciones difíciles”, el proyecto impulsa talleres participativos y lúdicos que promueven el autocuidado, el reconocimiento de derechos y el fortalecimiento emocional desde la fe.
Hasta el momento, ya se realizaron cuatro capacitaciones presenciales en Uruguay (Colonia y Montevideo), Argentina (Villa María, Córdoba) y El Salvador (San Salvador), con una participación total de 110 líderes, pastores y educadores, pertenecientes a 31 iglesias u organizaciones cristianas.El proyecto ya alcanzó a más de 200 niños, niñas y adolescentes (NNA) en su fase inicial de implementación.
“Fue un antes y un después. Se nos abrió un panorama a un mundo que pensábamos conocer, pero no estábamos tan atentos”, comentó Leticia Romero, participante de Juan Lacaze (Uruguay), destacando el impacto personal y comunitario del curso.
Una metodología transformadora
La propuesta, impulsada por Claves y redes locales, combina dinámicas de juego, reflexión bíblica y estrategias educativas para desarrollar factores de protección frente a las violencias, en especial la violencia sexual. Las capacitaciones se extienden entre 18 y 24 horas, y cada iglesia recibe el manual didáctico JNF y una valija de materiales como laminas, juegos de mesa, dominó, etc. para implementar los talleres.
En ciudades como Villa María (Argentina), los talleres ya se están desarrollando con grupos scouts, escuelas bíblicas y adolescentes, abordando temas como el respeto al cuerpo, el consentimiento y el reconocimiento de espacios seguros.
“Nos permitió reflexionar cómo el pudor se reflejó a partir del tamaño del dibujo de los órganos sexuales. Fue muy sano y nos permitió hablar del cuerpo desde otro lugar”, compartió uno de los líderes adolescentes de Córdoba.
Un compromiso que crece
En El Salvador, el trabajo ha sido igualmente significativo. “Los jóvenes se sensibilizan con los temas y agradecen que se hable de esto en la iglesia”, afirmó una maestra de escuela dominical. Mientras tanto, en Montevideo, Uruguay, 14 iglesias ya se están preparando para iniciar los talleres en el segundo semestre del año, sumando nuevas comunidades a esta red de protección.
A lo largo del proceso, los equipos docentes han acompañado a los participantes mediante encuentros presenciales, seguimiento virtual y asesoramiento personalizado, reforzando el compromiso de cada iglesia con la implementación efectiva.
Los planes a futuro
La quinta capacitación se realizará en Perú, durante julio de 2025, y con ella se completará la primera fase del proyecto. La expectativa es alcanzar más de 800 NNA en toda la región, fortaleciendo desde la fe una cultura de protección y buentrato.
“Nuestra parte es aplicar algo que fue pensado con mucho amor y sabiduría”, expresó Federico Soca, pastor participante en Uruguay.
Con iniciativas como esta, se demuestra que las iglesias pueden ser espacios seguros, activos y comprometidos en la prevención de las violencias y en la promoción de entornos donde cada niño y niña pueda crecer con dignidad, cuidado y amor.


